Antes de hablarte un poco de mí, me gustaría darte las gracias por estar aquí. ¡Muchas gracias de corazón!
Hace unos años, en una formación, la profesora nos pidió que sin pensarlo mucho escribiéramos qué es lo que nos inspiraba. Y yo, escribí: el viento.
Y es cierto, el viento me inspira. Con su fuerza, su caricia a veces leve, otras intensa, su sonido y su verdad. Imagino que por esto, de los lugares donde más conecto conmigo misma es en el Cabo de Gata.
Que me enamoro de luces y sombras todo el rato. Hago teatro en mi tiempo libre (de mayor quiero ser actriz). Creo que el humor debería estar más presente en nuestras vidas y que si cantáramos (aunque sea en la ducha), bailáramos y jugáramos más, seríamos más felices.
Soy despistada y caótica a ratos, o siendo sincera gran parte del tiempo. Pero también hay días que necesito orden, silencio, calma y la soledad.
Hace unos años, revisando fotos de familia, encontré muchas de las fotos que le hacía a mi hermana pequeña con la cámara que me regalaron por mi comunión.
Ese día, descubrí dos cosas, que en muchas de ellas la disfrazaba y la animaba a actuar según el estilismo (algo muy similar a lo que hago en muchos de mis retratos ahora) y que, al contrario de lo que pensaba, la fotografía no llegó a mí a los ventilargos después de una crisis existencial, había estado ahí siempre.
La fotografía llegó a mi vida para salvarme y yo ya no sé vivir sin ella. Retratar personas es de las cosas que más feliz me hace en la vida. Me inspira, me calma si estoy preocupada, me llena de energía y de motivación. Después de una sesión de fotos, aunque esté cansada, suelo llegar a casa renovada y con una paz interior difícil de explicar.
Mi estudio es mi cuarto propio. Mi lugar para crear libremente. Mi hogar de luz natural.
En 2020, tras el parón laboral por la pandemia, sentí que mi fotografía (y mi cuerpo) me pedían algo más. Y tras muchos meses de miedo, indecisión, hacer números y búsqueda de espacios que no encajaban en lo que buscaba, encontré
por fin, un pequeño local, lleno de luz natural.
Después de unos meses poniéndolo a punto, por fin tengo un espacio donde poder hacer sesiones para marcas de moda, books, etc. sin tener que hacerlo en exterior. Y un lugar donde acoger a todo mi alumnado.
Un espacio para fotografía con luz natural de los que hay muy poquitos en Granada.
¿Te vienes a verlo?
